Cati Piñero

Hoy llego mi Berni de su viaje... tan feliz ella y tan felices nosotros. En el afán de guardar todos los recuerdos posibles, grabe el reencuentro con sus hermanos y la verdad... como disfruto ver que se quieren y extrañan. Hace un par de días que de a uno me dicen: ma que puedo hacer para recibir y regalarle a la Berni? Y esa pregunta en cada uno me genera mucha ternura. Siempre que alguien se va esperamos la vuelta para ver si nos trae algún regalo y ellos están viendo que le regalan a su hermana que vuelve. En ese gesto de cariño rescato dos cosas... la primera es que se extrañan y la segunda es el abandono de uno mismo para agasajar al otro, ese otro que quiero y valoro. Desde chiquitos hacemos un trabajo, como papás, para que crezcan con un amor filial sano y generoso; y me enorgullece verlos crecer y elegirlo. No es que todo sea perfecto, son hermanos que construyen el vínculo todo el tiempo con las cosas de todos los hermanos pero con el valor final que tiene quererse

PARTE 1 Nuestra historia es algo que me emociona contar. Y la sigo contando con la misma intensidad y emoción con que vivimos desde entonces. Hace casi 21 años, un 12 de Octubre de 2002 conocí a #maridolindo en la recibida de un amigo que teníamos en común.  Era un sábado complicado para mi porque vivía lejos de mi familia; mi papá estaba de visita y se volvía ese día. Me costó decidir ir pero fui.... y en esa decisión, me puse un jean, alpargatas, una remera básico, un rodete (pues rulos locos) y partí, desde la Plaza frente a Patio Olmos en un bus contratado para el evento, con dos amigas a Dean Funes. En mi mente, no iba a buscar novio sino a disfrutar del campo... un look básico sin detalles ni coquetería extra, solo ganas Llegamos al campo y había un murmullo sutil que contaba una historia que, en ese momento, me genero muchos pensamientos. Hablaban de un joven, invitado al evento, que había caído preso la noche anterior por haber golpeado a un policía vestido de civil